sábado, 28 de mayo de 2011

I.Carrera de Hortaleza “Menudos Corazones” 2011

I.Carrera de Hortaleza “Menudos Corazones” 2011

Por Isabel Ruiz-Ayúcar, colaborador necesario.

 

A esta nueva carrera, que vio la luz el pasado domingo 8 de mayo gracias a la ilusión y la infatigable labor de familiares y amigos de niños con enfermedades cardíacas, acudimos 10 “inquietos” de Colmenar Viejo: de los veteranos fueron Clara Florín, Esther Callejón, Eva Hontana, Myriam Cortés, Gema Mondéjar, Isabel Ruiz-Ayúcar, Carlos Tabares y Alejandro Moreno. Victoria Bijwaard y Víctor Iglesias representaron a esa juventud que no está nada quieta.

En la zona nueva de Valdebebas, llena de calles y Avenidas que aún esperan ser “decoradas” con todas las construcciones e instalaciones propias de una zona urbanizada, nos tocó estrenar carrera, que constaba de dos partes: la primera de 5km, que hicimos todos, con alguna subida por anchas avenidas y un horizonte en todo momento impresionante. Otros 5 km para los adictos que querían “más”… y “más” tuvieron, porque fue la parte más dura, con “buenas” subidas y un final en bajada que animaba a dejar lo que podía quedar de reserva.


Dejando aparte la poca animación, comprensible dada la situación urbanística de su ubicación, dadas las horas tan matutinas y dados los fallos que siempre surgen cuando se organiza una carrera por primera vez (que la organización ya ha prometido erradicar para la próxima edición) podemos resumir que fue una mañana lograda. Un tiempo espléndido y un recorrido que dio para todos los gustos de asfalto. Alguno se estrenó en esta carrera, otros demostraron su estupenda recuperación después de una lesión, o las ganas de volver a hacer una carrera después de muchos años de “pausa”, y todos, todos nos volvimos a casa con la sensación de que había merecido la pena y de que el año que viene repetiríamos.

No habría habido necesidad de crono ni de jueces para determinar los ganadores porque, en este caso, lo fueron los casi 2000 participantes. Porque fue una carrera con “buen rollo”, que se respiraba desde el primer momento y porque daba la sensación de que proyectos así merecen todo el apoyo de aquellos a los que nos gusta correr. Porque aquí, a diferencia de muchas otras carreras que se hacen llamar “benéficas”, no hubo negocio ya que los gastos fueron mínimos, gracias a los patrocinadores (que también hay que conseguirlos, todo sea dicho) y gracias a los organizadores, que eran particulares con al menos un hijo o amiguito con una enfermedad del corazón o que, desgraciadamente, ya había fallecido, por lo que los ingresos fueron casi íntegros para la causa.


¡Volveremos el año que viene e intentaremos contagiar a más!